Me pareció ver un lindo gatito


Vamos a inaugurar la sección de comida en el blog, la etiqueta será: Manchamanteles, en honor del rico platillo de origen poblano y para ello nada mejor que un poco de antecedentes históricos en este maravilloso arte del buen yantar.

En el año de 1520 aparece publicado en Barcelona y en Catalán, claro, el “Lybreima1 de doctrina pera ben servir, de tallar y del art de coch” (Libro de doctrina para el bien servir, cortar y el arte de cocinar). No es solo un libro de recetas, se incluye, como su titulo lo indica, instrucciones para servir la mesa y cortar la carne delante de los señores. Cinco años después se presenta la edición en Castellano.

Las recetas son una compilación fundamentalmente de cocina Catalana, Italiana, Occitana y Francesa.

El autor fue el Mestre Rupert de Nola (o Roberto de Nolla, como también fue conocido), cocinero del rey Fernando de Nápoles.

Dos recetas son las mas famosas de este libro maravilloso: Las diferentes formas de preparar el “Menjar blanch” o manjar blanco, platillo que parece ser fue muy popular en aquellos tiempos y la polémica receta del gato asado, que fue retirada en algunas ediciones posteriores y vuelta a incluir. La receta en Castellano tal y como aparece en el libro es la siguiente:

gatoasado

Como la letra gótica y el Castellano antiguo son difíciles de leer, les dejo la transcripción:

gato2

Como podrán apreciar aquellos que deseen poner en practica la receta, deberán tener cuidado de no comer los sesos del gato, que existe el peligro de perder los sesos propios. (Los políticos pueden comerlos con confianza…que más da)

Por cierto, si hay alguien dispuesto a probar la receta y piensan en hacerme una amable invitación, desde ahora les digo que ese día se me va a morir una tía que no conozco y con mucho pesar me perderé el ágape.

gato1

Pero no crean que solamente en la edad media se comían a los gatos, en pleno siglo 21 un famoso cocinero Italiano, con programa de tele y toda la cosa, fue cesado de su trabajo por hacer una apología de las delicias gastronómicas de los felinos.

Este moderno discípulo de Don Rupert fue victima de las agrupaciones que defienden los derechos humanos…errr…gatunos. Le costo la chamba al bien intencionado cocinero


Ramón

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