“Co-Coach papá, ¡Co-Coach! Me metí a un equipo de Odyssey y la mamá de Roberto será la Coach, la mamá de Darío iba a ser la Co-Coach pero como no puede, mi mamá dijo que tu si podías. ¿Eso dijo tu mamá? Si papá, eso dijo. Bueno pues si eso dijo, está bien ¿Qué hay que hacer? Nada papá, no tienes que hacer nada. Eso me gusta, ahora dime ¿en qué equipo estamos? Estamos en el de los aviones, tenemos que hacer unos aviones”
Ese fue el inicio de una aventura, me acababa de convertir en el Co-Coach de un equipo de 7 preadolescentes de 11 años que tenían un gran reto para realizar en un plazo de 4 meses. De inmediato empecé a tener una lluvia de ideas sobre las diversas opciones para poder desarrollar un avión, los diseños, los materiales, etc. Pensé en lo que los niños debían trabajar, anticipaba complicaciones por lo complejo que debe ser diseñar aviones. Después asistí a una inducción al Coaching y me di cuenta de que lo primero que tenía que hacer era documentarme sobre mi nueva responsabilidad y del proyecto mismo pues ahora era miembro de un equipo que participaría en Odyssey of the Mind.
Hace algunos años, en 1978 para ser exacto, el Dr. Sam Micklus, profesor de la clase de diseño industrial de Glassboro State College, retó a sus alumnos a desarrollar vehículos sin ruedas, lanzadores mecánicos de pasteles y dispositivos flotantes que los llevara por un recorrido en un lago. El no los evaluaba por el éxito de sus soluciones sino por el ingenio aplicado y por el riesgo implícito de tratar algo nuevo y diferente. Los alumnos se divertían y aprendían. Esto se supo y las actividades de los alumnos llamaron la atención de los medios locales. Muy pronto personas externas querían ser parte de estas actividades. Este interés por el público lo llevó a desarrollar una competencia infantil de resolución de problemas.
Así empezó Odyssey of the Mind y desde entonces la vida del Dr. Micklus ha sido felizmente consumida en el desarrollo de problemas para que otras personas los resuelvan. Su recompensa ha sido la alegría y orgullo de millones de participantes que ha aceptado el reto de resolver esos problemas. De 28 equipos que iniciaron esta odisea en Nueva Jersey en 1978 ha crecido a los casi 1,000 equipos que participan actualmente en el campeonato mundial donde hay representantes de países como China, Corea, Polonia, Alemania, México y Argentina, entre otros.
Esta competencia se compone de tres elementos principales que son evaluados por varios jueces para determinar al ganador.
1) El plan de largo plazo:
Este es el desarrollo del proyecto que en nuestro caso fue el Problema no. 2 de este año que es Return to The Gift of Flight. En éste, los equipos deber hacer y operar una serie de aeronaves que deberán completar varios planes de vuelo. Los planes de vuelo incluyen un vuelo recto, hacer que un objetivo gire, viajar lento, tirar algo sobre un objetivo, aterrizar y despegar y un lanzamiento masivo de varias aeronaves. Las aeronaves serán de una variedad de materiales y tendrán diversas fuentes de poder. La solución será presentada mediante una representación realizada por el equipo que incluirá la representación creativa de un personaje que será un controlador de tráfico aéreo.
La solución del problema, la representación, la construcción de prototipos, etc. Debe ser desarrollado por el equipo sin ayuda de los coaches, papás o personas externas. La dinámica de la competencia está hecha de tal forma que los jueces pueden evaluar si alguien externo ayudó o no, y de ser así, el equipo es penalizado.
Todo lo que se use como parte de la solución del problema y su representación no debe exceder de $145 dólares.
2) La presentación de la solución:
El montaje de la escenografía, preparación de aeronaves y la presentación de la solución no debe exceder de 8 minutos. Además de que todo lo tienen que hacer los miembros del equipo, nadie los puede ayudar.
3) La resolución de problemas espontáneos.
Otra parte de la competencia es la resolución de problemas espontáneos, los cuales pueden ser verbales, manuales o una combinación de ambos. En estos al equipo se le presenta el problema para el cual tendrán 3 minutos para pensarlo y de 3 a 5 minutos para resolverlo. Un ejemplo de este tipo de problemas es ponerle al equipo unos popotes, galletas y ligas con lo que tendrán que realizar un vehículo que se desplace por lo menos 60 cm.
Después de este aprendizaje me di cuenta de que realmente no tenía que hacer nada, que tanto el Coach como yo sólo debíamos tratar de provocar que el mismo equipo iniciara alguna actividad. Es increíble lo que el ser humano puede hacer con el sólo hecho de dejarlo ser, de no destruir ninguna idea con juicios sobre la misma, todo es válido, algunas ideas funcionan, otras no, pero todo se intenta. Yo nunca he dado clases, ni creo tener las habilidades requeridas para ello, pero en las sesiones que me tocó conducir al equipo aprendí muchas cosas. Los niños tuvieron la capacidad de plantear sus propuestas de solución a los problemas, mismas que fueron evaluadas, probadas y criticadas por ellos mismos. Supieron identificar y aceptar sus fortalezas y debilidades al igual que negociar y aceptar la decisión de la mayoría. Todos se sintieron importantes, se apoyaban y en equipo resolvían los problemas que se iban presentando. Esta es la actitud que todos debemos tener en todas nuestras acciones.
Ellos no sólo trabajaron en el problema de largo plazo sino que diseñaron un logotipo para el equipo, hicieron su himno, diseñaron sus camisetas y botones. Adicional a eso, en un evento previo a la competencia participaron en un concurso de talentos y ganaron.
Las sesiones fueron principalmente los sábados en las que nos reuníamos alrededor de 4 horas. Estas se tuvieron que reforzar con sesiones extraordinarias por las tardes mientras se iba acercando la fecha de la competencia. En estas se incluyeron a los papás para que les pusieran retos espontáneos a los muchachos. El trabajo fue pesado pero todos siempre tuvieron la energía de seguir adelante.
El equipo no sólo fue capaz de desarrollar su reto sino que logró que formáramos un equipo con los papás y los hermanos, sobre todo los más pequeños, que ya están más que apuntados para inscribirse en los siguientes años.
Finalmente llegó el gran momento, la competencia nacional. Nos tocó participar a las 8 de la madrugada (que por ser sábado se vuelve aun más crítico). Fuimos los primeros de nuestro problema y categoría. Todos los acompañantes estábamos nerviosos y el equipo supo manejar la situación. Presentaron su problema en el tiempo y forma establecidos. Nos quedamos a ver a los otros dos equipos que estaban compitiendo con nosotros y aunque la espera de los resultados fue muy larga, alrededor de las 7:00 pm nos enteramos que ganamos, sí, ganamos la competencia nacional, y no sólo eso sino que también ganaron un premio por el sketch que más hizo reír a los jueces.
Esto ha sido un gran aprendizaje, una lección de vida y de lo que se puede hacer con el sólo hecho de querer hacerlo, sin prejuicios, sin culpas, sólo dejando a la mente funcionar. Ahora vamos al mundial que será en la Universidad Estatal de Michigan del 26 al 29 de mayo. Nos queda un poco más de un mes y estamos en los preparativos. Esta será una nueva Odisea, una Odisea de la Mente.
2 comentarios:
Hola Co-coach: Muchas felicidades por ese premio. Y por ser papàs de tan maravilloso peque.
Què experiencia tan hermosa e interesante, los peques son increíbles y nunca dejan de sorprendernos.
Realmente lo mejor y màs maravillosos que tenemos en este mundo son los niños, yo soy fan # 1 de éllos.
Les deseo lo mejor ahora en Mayo, no dejes de platicarnos a travès de tus escritos que nos hacen vivir lo relatado como en carne propia.
Saludos a Laurita, aunque no creo se acuerde de mì. Yo con quien tengo contacto, platicamos por telèfono, nos reunimos a tomar cafecito y por mails y por quien sè de Ustedes es por mi queridìsimo amigo Gerardo. Pero igual me la saludas, dila la recuerdo mucho.
MUCHA SUERTE DE VERDAD, Sylvia
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